San Eugenio de Mazenod, Obispo de Marsella y Fundador de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, fue un “apasionado de Jesucristo e incondicional de la Iglesia”, según Pablo VI. Otros han dicho de él, y con razón, que tenía “un corazón grande como el mundo”. Efectivamente, sin salir físicamente de Europa, su corazón se dilataba en las dimensiones del mundo. Su desvelo por evangelizar, “enseñar (a cristianos y no cristianos) quién es Jesucristo”, se extendía hasta América, Asia, África… siguiendo y animando a los Misioneros Oblatos que él mismo había enviado.
“Señores, he visto a Pablo”, exclamó un obispo tras una entrevista con él. ¿Sería tal vez por esa “preocupación por todas las Iglesias”, emulando al Apóstol de las Gentes?
San Eugenio de Mazenod merece ser reconocido como un Santo “católico”, un Santo para toda la Iglesia. Por eso le pedimos al Papa que lo inscriba en el Calendario Universal de los Santos. Pero hay que demostrar que es de verdad un Santo “universal”, que se le conoce, admira y venera en los cinco Continentes.
¿Eres amigo de San Eugenio? Colabora con nosotros, enviando una carta de adhesión al Sr. Cardenal Prefecto de la Congregación del Culto Divino / Plaza Pío XII, 10 / 00120 Ciudad del Vaticano.